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WeW4W initiative, we the women for wisdom & wisdom for women.
WeW4W BOKB Women for Well-being Bio-inspired Open Knowledge Based, Proyecto Mujeres para el Bienestar basado en el Conocimiento Abierto: proyecto de capacitación para la transformación de la sociedad del bienestar y la creación de comunidades sostenibles por Mujeres basado en conocimiento abierto bio-inspirado.
Los avances en el estudio del cerebro han puesto de manifiesto que los cerebros masculinos y femeninos procesan de diferentes maneras determinados estímulo. Estos distintos sistemas de operar en el hombre y en la mujer son en su mayoría compatibles y afines, realizan los mismos objetivos y tareas utilizando circuitos distintos.
El cerebro femenino tiene una buena agilidad mental, una excelente habilidad para percibir caras y el tono de voz en cuanto a emociones y estados de ánimo y una buena destreza para desactivar conflictos. Está especialmente dotado para percibir las intenciones y emociones de otros basándose en menores indicios. Las mujeres en general desarrollan más actitudes sociales, empatía e inteligencia emocional.
Desde hace tiempo se sabe que la empatía interviene como un “diálogo intersubjetivo en las interrelaciones humanas” y ha encontrado en los recientes hallazgos sobre las “neuronas espejo” y en el cerebro social, una base fisiológica atractiva. La empatía sería una aptitud para ponerse en lugar del otro como cuando anticipamos las reacciones de alguien. La empatía no sería ni identificación, ni contagio, se relaciona con el conocimiento del otro, compartir su estado emocional, y tener ante él una respuesta afectiva.
Los seres humanos somos seres sociales y así lo avalan tanto las neuronas espejo como el llamado cerebro social. Ambas nos predisponen a entender al otro; las neuronas espejo en conexión con otras áreas crean representaciones de la mente de otros. El cerebro social lo forma el conjunto de los mecanismos neuronales que orquestan nuestras interacciones, y nos conecta con los demás y, al mismo tiempo, se ve influido por el estado interno de éstos.
Estos descubrimientos son sumamente importantes, ya que la empatía es una cualidad clave del liderazgo exitoso. Lo relevante para el tema que aquí se trata es, sin duda, la importancia de este tipo de conocimientos para las organizaciones, ya que las diferencias cerebrales entre géneros determinarían diferentes estilos de liderazgo y, más aún, proporcionarían una base muy interesante para desarrollar nuevas metodologías en materia de elección, motivación y ubicación de las personas en los puestos que mejor se adaptasen a sus deseos y a su potencial de desarrollo.
Cabe destacar que las mujeres han tenido un papel muy importante en los procesos culturales y de construcción de los pueblos. En esta línea, nace la idea de que una innovación educativa que incluyese la incorporación de las aportaciones científicas de las mujeres al currículum educativo posibilitaría la creación de un espacio de igualdad entre los sexos que al mismo tiempo sería un espacio de libertad para mujeres y hombres. La innovación teniendo en cuenta la mirada femenina presenta fundamentalmente dos niveles: un primer nivel en el que se incorporan los saberes de las mujeres que han sido excluidos del currículo escolar, de forma puntual, y un segundo nivel en el que los contenidos escolares se estructuran en torno a los saberes que han estado tradicionalmente en manos de las mujeres, en la organización social.
Se trata, en suma, de que mujeres y hombres sean iguales en la diferencia. “Dicho más claramente, igualdad significa igualdad de derechos y nunca igualación de identidades, no significa identificación con el papel desempeñado por los hombres en la cultura”. Si queremos una educación innovadora en el conocimiento y en la vida, la educación científico-tecnológica no puede enseñar a vivir a medias, ni sólo a la mitad.
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías han aparecido nuevos términos como es el de “activismo digital”. El activismo digital de las mujeres tiene muchas caras; muchos grupos y asociaciones de mujeres de todo el mundo han comprendido la importancia del nuevo espacio y dedican parte de su esfuerzo a producir y mantener vivas redes digitales de intercambio, información o solidaridad. En realidad ya se está generalizando en el movimiento asociativo la necesidad de tener presencia en Internet, pues se ha visto su potencialidad para la difusión y el intercambio. El uso extensivo de las TIC y los caminos abiertos por las pioneras han permitido una eclosión de las redes digitales femeninas que van desde discursos teóricos radicales muy vinculados a la creatividad y el ‘netart’, hasta las redes de trabajo y solidaridad. De manera colectiva las primeras estrategias de trabajo en red con perspectiva de género surgen en 1993. En el seno de APC (La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones Internet y TIC por el Desarrollo y la Justicia Social) un grupo de mujeres inicia el desarrollo de una dinámica para incorporar a las mujeres de su ámbito de trabajo de manera general al uso de las TIC.
La empatía es definida como la capacidad de identificar los sentimientos de otras personas. Existen dos tipos de empatía: la cognitiva y la emocional. La empatía cognitiva involucra la capacidad de conocer lo que otra persona está pensando o sintiendo (se estudia bajo el concepto de “teoría de la mente”). La empatía emocional se refiere a la capacidad de sentir o experimentar lo mismo o algo similar a lo que le está sucediendo a otra persona.
El objetivo del presente proyecto es llevar a cabo una investigación que conduzca a la elaboración y aplicación de un modelo de sistema empático de nuestras organizaciones (individuos, empresas, etc.) que permita mejorar su ecoeficiencia (en términos de competitividad/bienestar) convirtiendo sus sistemas de información en sistemas de conocimiento, éstos en sistemas de inteligencia colectiva, y finalmente en sabiduría en enjambre, en donde el intercambio de conocimiento, abierto y global, genere mayor valor y mejore la “cuenta de resultados” o “bienestar/beneficio” del sistema(s)individual, colectivo y global desde el potencial neurocientífico y social de la mujer.
Si esta tarea ocupa a toda la sociedad, ineludiblemente debe de ocupar a las administraciones públicas, que deben de establecer los marcos normativos y velar para que este tema deje de ser una cuestión pendiente en sociedades que se dicen avanzadas.
Así, existen una serie de derechos consagrados en normas de rango superior como la Constitución Española, o en declaraciones de las Naciones Unidas. Al nivel que aquí ocupa, de acuerdo con el artículo 15 de la Ley Orgánica 2/2007 de 19 de marzo, del Estatuto de Autonomía de Andalucía, se debe de garantizar “la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos”. Este artículo se refrenda posteriormente con la aprobación de la Ley 12/2007 de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, y posteriormente con el I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía 2010-2013.
Para ello, además de los esfuerzos necesarios para la concienciación y, en muchos casos, el cambio cultural en determinados sectores de la sociedad, se debe contar igualmente con herramientas que faciliten y permitan garantizar el acceso en igualdad de oportunidades de la mujer al mercado laboral.
Esto, si se tiene en cuenta además el periodo de crisis económica en que nos encontramos inmersos, cobra especial trascendencia por lo que supone un fortalecimiento de los niveles de capacitación de la mujer, de forma que ésta pueda no sólo incorporarse como mano de obra cualificada al mercado laboral, sino contar con el conocimiento necesario para ser ella misma emprendedora de sus propias aspiraciones profesionales, contribuyendo de esta forma a su desarrollo personal y por extensión al de toda la sociedad andaluza.
¿Por qué la mujer? Porque su papel, en muchas situaciones sigue siendo secundario, si bien, por estudios realizados y reflejados en el I Plan Estratégico, se puede concluir que los datos “reflejan cómo las mujeres se incorporan al mercado laboral cada vez más formadas y preparadas, y en mayor medida que los hombres, siendo conscientes de la necesidad de formarse y prepararse para competir en el mercado laboral”. Así pues, la existencia real de la necesidad de mayor preparación, junto con la mayor voluntad y mayor concienciación de lo que la capacitación significa, hacen que las perspectivas en cuanto al nivel de utilización de un proyecto de estas características sean grandes.
Ya en el primer párrafo de su introducción, el I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía 2010-2013 cita textualmente que “una sociedad sostenible es la que tiene en cuenta las necesidades de los seres humanos y su calidad de vida. En ese sentido, la igualdad de género no es un asunto que pretenda beneficiar exclusivamente a las mujeres. La igualdad de género es un requisito irrenunciable para la construcción de un modelo social igualitario que apuesta por la sostenibilidad social y la calidad de vida”, para hacer referencia más adelante a todo el trabajo que queda pendiente por hacer, cuando indica que “la realidad en España y en Andalucía en los últimos veinte años ha supuesto un escenario de avances más que significativos en la implantación de políticas de género. Así, el acceso a servicios como salud y educación ha mejorado considerablemente y se puede considerar paritario, no así, sin embargo, los resultados. La mejora del nivel educativo de las mujeres no se refleja de forma suficiente en su participación laboral y sus condiciones laborales; tampoco, en el acceso a puestos de responsabilidad en el ámbito económico o científico y tecnológico, muy alejados de la paridad”. Para seguir dando pasos adelante en la superación de las diferencias anteriormente constatadas, el I Plan Estratégico, establece un conjunto de principios rectores entre los que, por la relación que guarda con nuestro proyecto, queremos resaltar el siguiente:
“Innovación. La oportunidad de cambios radicales en la eliminación definitiva de las desigualdades de género que proporciona esta nueva etapa, hace imprescindible considerar la incorporación de las mujeres en pie de igualdad a los procesos de innovación tecnológica y científica como elemento irrenunciable del cambio perseguido, y no sólo como usuarias, sino como portadoras de elementos diferenciales de enriquecimiento y desarrollo de la sociedad del conocimiento y de la sociedad de la información”, todo ello, finalmente, con el objetivo de “conseguir cambios permanentes en las estructuras sociales que mantienen la desigualdad”.
Esto plantea un escenario en el que la mujer debe ser parte activa, y en muchos casos decisiva, para catalizar el desarrollo y la transformación de la sociedad, y más específicamente, de la sociedad del conocimiento tal y como se ha indicado. Y este desarrollo deberá venir propiciado por la introducción de elementos innovadores, como los que habilita este proyecto Mujeres para el Bienestar basado en el Conocimiento Abierto Bio-inspirado.
Se trata de un proyecto de investigación para la capacitación y la transformación de la sociedad del bienestar y la creación de comunidades sostenibles por mujeres basadas en conocimiento abierto bio-inspirado. Más adelante se detallará de forma más clara el concepto general y alcance al que se refiere el proyecto.